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El primer paso en un tratamiento de blanqueamiento dental profesional es la toma de impresiones. El odontólogo utiliza un material especial para crear un molde exacto de tu dentadura. Este procedimiento no duele y suele durar solo unos minutos. Gracias a esta impresión, se fabricarán férulas personalizadas que se ajustan perfectamente a tus dientes, asegurando comodidad y eficacia durante el tratamiento.
Una vez listas las férulas, el odontólogo te entrega un kit de blanqueamiento personalizado que incluye: las férulas hechas a medida, jeringas con el gel blanqueador profesional y una guía de instrucciones. Durante esta visita, recibirás una explicación clara de cómo usar el tratamiento en casa, cuánto gel aplicar, y por cuánto tiempo usarlo cada día.
Comienza la fase activa del blanqueamiento. Cada noche (o según indicaciones), colocás una pequeña cantidad de gel en la férula y la usás por el tiempo recomendado, que suele ser entre una y dos horas, o incluso durante la noche. Las férulas ayudan a mantener el gel en contacto con los dientes, lo que permite que el principio activo (generalmente peróxido de carbamida o peróxido de hidrógeno) actúe de forma segura y efectiva.
Durante el tratamiento, es importante asistir a controles periódicos con el odontólogo. En estas consultas se evalúa el progreso, se compara el color actual de tus dientes con una guía de tonos, y se ajustan las indicaciones si es necesario. También se resuelven dudas y se chequea que no haya molestias ni sensibilidad excesiva.
Los primeros cambios suelen notarse a los pocos días. Al finalizar el tratamiento (entre una y dos semanas en la mayoría de los casos), vas a notar una sonrisa más brillante y natural. El blanqueamiento profesional es efectivo, seguro y controlado, por eso los resultados suelen ser mucho más visibles y duraderos que con productos comerciales.
Cargar la férula con una capa de gel en la zona incisal de molar a molar, utilizar de 1/3 a 1/2 del contenido de la jeringa para cada arcada.
Cepillarse los dientes para remover cualquier residuo antes de colocar la cubeta.
Colocar la cubeta rellena de gel sobre los dientes. Presionar suavemente los bordes de las superficies labial y lingual y eliminar el exceso de cantidad de gel con un cepillo.
Al final del tratamiento, retirar la cubeta y cepillarse los dientes para eliminar los residuos de gel. Enjuagar la boca dos veces teniendo cuidando de no tragar los eventuales residuos de gel. Limpiar la cubeta con un cepillo de dientes suave y agua fría. Guardar la cubeta en su estuche.
